martes, 17 de febrero de 2015

El carnicero loco de tolata


Muchos creen que los asesinos en serie son un fenómeno reciente. Nada puede estar más alejado de la realidad. Los asesinos en serie, los  más horrendos de todos los criminales, han estado siempre allí, merodeando en busca de víctimas descuidadas.

Este es el caso de muchas víctimas de jóvenes que sucumbieron a un asesino en serie. Corría el 5 de septiembre de 1984, un hombre que caminaba por Tolata en dirección a la avenida para tomar movilidad para ir a su trabajo, se encontró con el cuerpo desnudo de una joven mujer, parcialmente enterrado en la tierra, la misma había sido decapitada.


Se controló su descripción con los informes de personas desaparecidas, pero jamás fue identificada. Por la descripción de los comunarios no conocían a la joven mujer, no contentos con decapitarla también trataron de quemarle las huellas dactilares para no ser identificada, no se halló arma alguna, pero si huellas de haber sido arrastrada, lo cual indicaba que no ocurrió el asesinato en el lugar, junto a los exámenes se aclaró que también fue violada de una forma brutal, tenía toda la vagina destrozada, pero ni rastros de semen que indique algo para tomar las muestras de laboratorio.

Por entonces, la Policía no sabía que ésta sería la primera de una serie de asesinatos que posteriormente serían conocidos con el nombre de los Asesinatos de Tolata, nombre elegido por el cuartel que hay en la región.
 Un año más tarde, el 23 de septiembre de 1985, los cuerpos de dos hombres fueron hallados en la esquina de la avenida, muy cerca al cuartel. Los dos cuerpos estaban desnudos, no tenían cabezas y sus penes habían sido cortados. Las cabezas se recuperaron en forma separada, enterradas a corta distancia de los cuerpos. Una vez más se evidencio que tenían el recto perforado, esta vez no había signos de haber sido vejados, pero si utilizaron un instrumento  punzante para ello, pero una vez más no había evidencia de ser personas del lugar ni siquiera si habían cometido el crimen en el lugar, se puso evidenciar que habían sido traídos de otro lugar.

Se encontraron algunas pistas en el lugar del crimen, un saco azul, una camisa, un gorro, una linterna y un pedazo de soga. Todo fue enviado al laboratorio de policía para su análisis.
Los intentos por investigar estos elementos fallaron. Parecía que los mismos habían sido dejados  por el asesino para despistar a los investigadores. La identificación de las huellas digitales de uno de los cuerpos permitió reconocerlo como Milton Maita, jamás se supo quién era el otro.

El pasado de Milton fue estudiado completamente con la esperanza que algún indicio sería descubierto y conducía a a policía hacia el asesino. Milton fue un travesti que frecuentaba los bares locales, en busca de compañía. Algunas veces se hacia pasar por medico y había sido arrestado por examinar a pacientes mujeres. Cuatro días antes que su  cuerpo decapitado fuera encontrado había dejado la casa que alquilaba a las 8 de la noche y no fue visto con vida nunca más.

Dos cosas confundían a la Policía. Un tipo de sustancia conservadora había sido utilizada sobre los restos del cuerpo decapitado encontrado en Tolata. La misma fue aplicada al hombre no identificado, encontrado más recientemente. Otro eslabón era la habilidad con que todas las cabezas habían sido cortadas. ¿Es posible que un loco anduviera suelto, matando sistemáticamente y decapitando tanto a víctimas masculinas como femeninas?

Por todo lo expuesto y descubierto se pudo deducir que probablemente era un médico, o que tenía algún estudio sobre medicina, puesto que los cortes eran casi perfectos, pero también se buscaba un por qué?
Cuatro meses después que los dos cuerpos fueron encontrados, una mujer informó que una canasta con carne había sido dejada en el callejón detrás de la hacienda duraznera de doña maría, justo colindante a la avícola que hay en el lugar . La canasta resultó contener el brazo derecho, la parte inferior del torso y los muslos de una mujer, estaban hábilmente cortados, y parecía haber sido congelados puesto que la sangre ya estaba congelada.

Trece días más tarde las piernas y el brazo izquierdo fueron hallados detrás de un edificio abandonado sobre la avenida. La cabeza de esta víctima nunca fue encontrada, pero una huella digital la identificó como la Sra. Cristina Arce, una prostituta alcohólica de cuarenta y dos años, que solia realizar su trabajo en la zona de la aroma, muchos la conocían como una mujer buena, y complaciente con los clientes, pero como no estaba afiliada a ninguna casa y siempre andaba rondando por la noches en el sector, lo único que sabían era que era una persona solitaria, no tenía hijos, ni nadie que pudiera reclamarla.
Cristina había abandonado a su esposo hacia trece años. Hugo Arce viajó desde Villazon para identificar las partes del cuerpo de su esposa. Pasaron semanas investigando el pasado de Cristina, pero todos los esfuerzos fueron vanos para  descubrir al asesino. Ni siquiera su esposo sabía su paradero hasta ahora, cuando ya estaba muerta y descuartizada.

El carnicero loco de Tolata, como se lo llamaba ahora, mató tres veces más durante el mismo año. Esta vez fueron todas mujeres… cuerpos desmembrados, vejados, y de dos de ellos no se encontraron sus cabezas.
El 5 de junio de 1986, dos muchachos jóvenes del cuartel mientras hacían sus ejercicios de madrugada encontraron la cabeza de un hombre envuelta en un pantalón, no había huellas de sangre en la ropa. Al día siguiente un trabajador ferroviario encontró la parte del torso correspondiente a un cuerpo nuevamente, cierto grado de habilidad había sido utilizado para separar la cabeza del cuerpo. La policía se encontraba aún tratando de identificar a esta última víctima cuando, dos meses más tarde, apareció otro cuerpo decapitado. Esta vez, la cabeza se encontraba a solo un metro del cuerpo y la escena del crimen indicaba que el mismo había tenido lugar donde el cuerpo fue hallado ¿por qué el carnicero loco cambio el modelo de dejar los cuerpos en lugares seleccionados?

Todos muy cerca del cuartel, y aunque se estableció una estrecha vigilancia a todo el sector, nadie veía nada ni escuchaba nada, lo cual era más raro todavía, era como si el carnicero fuera invisible o como si pusiera un polvo de sueño sobre los policías para que no vieran ni escucharan nada.
El 10 de septiembre, al lado de un dormidero de vagabundos en orilla de un riachuelo de Tolata, muy cerca de la iglesia, fue encontrado el torso de un hombre flotando en una laguna de agua estancada. El cuerpo había sido castrado con la misma habilidad quirúrgica de las victimas anteriores. La cabeza jamás se encontró. Pero este a diferencia de los demás no fue vejado, ni lastimado.

Uno puede imaginar el efecto que esta serie de extraños asesinatos tuviera sobre los habitantes de la población. El carnicero loco de Tolata, era el principal tema de conversación en la comunidad. Los visitantes evitaban la ciudad. Los vagabundos y vagos viajaban en grupos. La ciudad de Tolata estaba atemorizada, y procuraban no salir de sus casas, el terror se apodero de la gente, y lo peor es que la policía no hacía nada o no encontraba nada.
El carnicero loco se tomó unas vacaciones de sus macabros asesinatos, hasta el 23 de febrero de 1987 cuando un cuerpo de mujer apareció en un rio, cerca del lugar donde había sido  encontrada la victima numero uno. La identificación fue imposible ya que los brazos y la cabeza jamás fueron hallados. Parecería que todo estaba comenzando de nuevo.

El informe del forense, emitido luego del último asesinato, señalaba las condiciones similares de los cuerpos de las victimas. “Es la forma peculiar de disección de los cuerpos lo que agrupa a todos estos casos. Todos muestran que las cabezas fueron separadas de los cuerpos a través del disco intervertebral por medio de un cuchillo afilado. Los casos número cuatro, siete y ocho, muestran además que los cuerpos  fueron limpiamente separados por las articulaciones  del hombro y la cadera, aparentemente , mediante una serie de cortes alrededor de las curvaturas de las articulaciones y luego  mediante una flexión violenta, tirando la cabeza fuera de la articulación de la cavidad y cortando la cápsula.

Los torsos fueron posteriormente seccionados a través del abdomen, los casos cuatro y siete el cuchillo se uso en los discos intervertebrales. El número cuatro fue además mutilado mediante la desarticulación total de las articulaciones de la rodilla, fracturando la mitad de los huesos de los miembros inferiores y cortando el abdomen hacia abajo a través de los huesos del pubis. La piel, los músculos, los vasos sanguíneos y los cartílagos fueron prolija y precisamente cortados.

“El procedimiento seguido por estos casos nos sugiere que la disección fue efectuada ya sea por un lego altamente inteligente o, más probablemente, por una persona con cierto conocimiento de anatomía, tal como un médico , un estudiante de medicina, un enfermero, un asistente, un carnicero, un cazador o un veterinario cirujano”.
Los cuerpos siguieron apareciendo con el signo distintivo del Carnicero Loco. El 6 de Julio de  1987 partes del cuerpo de un hombre fueron extraídas del Rio del lugar. Durante el resto de 1987/1988, fueron encontrados dos cuerpos más cerca de Tolata. El 16 de agosto de 1988 tuvo lugar el último asesinato y la pesadilla que azotaba Tolata terminó abruptamente.

De tanto en tanto, eran arrestados sospechosos pero todos eran liberados al comprobarse su inocencia. Unidades especiales de Policía se formaron para  perseguir y atrapar al carnicero  pero también fallaron. Muchos hombres trastornados confesaron los asesinatos en serie. Estas confesiones resultaron falsas. Todo estaba envuelto en un completo misterio, la policía ya no sabía qué hacer, todo volvía una y otra vez al mismo lugar o al mismo comienzo de la investigación, ya no sabían que hacer o que camino tomar.

En enero de 1989 el jefe de policía de Tolata, Cristóbal Charro recibió la siguiente carta, la que se cree es auténtica. Tenía sello postal de Arica-Chile “Ahora Ud. Puede descansar tranquilo ya que vine a la soleada playa por el invierno. Me sentía mal operando a esa gente, pero la ciencia debe avanzar. Asombraré a la profesión médica, un hombre con sólo un título de quiropráctico. Que significaban sus vidas de comparación con los cientos de cuerpos enfermos y deformados. Eran solo conejillos de indias encontrados en cualquier calle pública. Nadie los extrañó cuando fracasé, ahora conozco el sentimiento de Pasteur, Thoreau, y otros pioneros.

Se preguntará por que introduje un palo en su recto, solo quería saber el dolor experimentado en el ser humano al sufrir semejante atrocidad, y solo mirando sus rostros pude saber por sus expresiones el sufrimiento. Tal vez ustedes dirán de qué forma puedo contribuir a la ciencia, en realidad , lo hice de muchas maneras, siempre me llamo la atención el sufrimiento de las violaciones, fueran estas por donde fueran, y llegue a la conclusión que es realmente aterrador, así también fue la desmembración que sufrieron las personas. Mi tío solía decir que el dolor lo puede controlar la mente humana, y obviamente tenía mucha razón, el dolor se puede controlar solamente en una mente capaz de estar preparada para ello, pero cuando se lo toma desprevenido el dolor suele ser abrumador, pero también supe que de solo quitarles un brazo era tanta la impresión que sentían que lo demás era cosa fácil. 
“Ahora tengo un voluntario que probará totalmente mi teoría. Me llaman loco y carnicero pero la verdad saldrá a la luz.
He fallado en todos los casos menos uno. El cuerpo no ha sido encontrado y jamás lo será, pero la cabeza sin el rostro, está enterrada en los terrenos de la Naval del lugar. Siento una obligación, disponer de los cuerpos como lo hago. Es el deseo de Dios que no sufran. Total Dios me envió para eliminar a esa gentuza que no servía. (Firmado X”)

No se volvió a saber del Carnicero Loco de Tolata, jamás fueron resueltos los asesinatos en serie que tuvieron lugar en el lugar.
La policía estaba completamente fuera de sí, no sabía si era verdad o mentira lo de la carta, ni sabían si era verdad todo lo que decía la misma, qué secreto médico encerraba todo ello, para que se hizo todo aquello, realmente valía la pena la muerte de tantas personas?
 Quienes eran realmente esas personas que no se hallaron identificación alguna, a qué familia pertenecían? Eran o tenían algún vínculo entre si?, muchas fueron las interrogantes de la policía, pero lo extraño era que ni siquiera poniendo guardia las 24 horas del día se pudo frenar todos los asesinatos ocurridos en tan poco tiempo en la localidad de Tolata.

Estos y muchos interrogantes siempre quedaran guardados en las carpetas de la policía, realmente no volvería el asesino o si lo aria una vez transcurrido el invierno?

Cualquier similitud es pura coincidencia o no?

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