miércoles, 11 de febrero de 2015

MUERTE CON CLOROFORMO

El Dr. Sam Dubria era una estrella joven en ascenso en el Lyons Veterans Administratión Hospital de Basking Ridge, New Jersey.
El despreocupado doctor de veintiocho años era respetado tanto por sus  pacientes   como por el personal. Hasta donde podía recordar deseaba ser solo un médico.
Mientras otros médicos jóvenes disfrutaban de la vida practicando deportes y saliendo con chicas. Sam se dedicaba exclusivamente a sus estudios.


Cuando conoció a Jenifer Klapper, de veinte años, todo cambio. Sam quedó prendado. Desafortunadamente Jennifer no estaba enamorada del joven médico aunque lo respetaba y valoraba su comportamiento de caballero. Por primera vez en su vida, Sam hizo un gran esfuerzo para congraciarse con un miembro del sexo opuesto. Hasta cierto punto tuvo éxito.

Durante algunos meses Sam mantuvo contacto con Jennifer. Estaba perfectamente claro que ella tenía un novio y no tenía ningún interés romántico en el médico. A pesar de este desaire, que hubiera hecho perder las esperanzas a un candidato menos persistente, Sam continúo persiguiendo a Jennifer hasta que obtuvo lo que pudo denominarse una relación amistosa platónica. En varias oportunidades ella lo invitaba a su casa donde él se encontraba con sus padres. Ellos también se sentían auténticamente impresionados con el Dr. Sam Dubria.

Cuando Jennifer le comentó a sus padres que éste le había sugerido ir de vacaciones juntos, ellos le dijeron que decidiera por su cuenta. Los dos irían hacia la costa oeste, visitarían a la familia de Sam en Los Ángeles y continuarían hacia México. A Jennifer le gustó la idea pero fue terminante con Sam le dijo que estaba excitada entre la oportunidad de tener unas lindas vacaciones pero quería la certeza que el sexo no era definitivamente parte de la agenda. Sam estuvo de acuerdo.

La pareja partió de viaje. Visitaron algunos atractivos turísticos de Los Ángeles y fueron a la casa de los padres de Sam El médico fue en todo momento un perfecto caballero y un compañero de viaje encantador.
Ahora sabemos que él  secretamente deseaba vivamente a Jennifer y no de una manera platónica, sino en una forma estrictamente sexual. Deseaba poseerla  y pretendía que sucediera en algún momento durante este viaje. El sólo esperaba que el momento oportuno se presentara. Era un día caluroso y húmedo cuando Sam sugirió que se detuvieran en el All Star Inn en Carlsbad en su camino hacia la frontera con México. Habría mucho tiempo para dedicarle a México en la mañana. Sam miró a Jennifer envuelta en sus pantalones de Strech pegados al cuerpo y la reveladora blusa. Era el  momento. El estaba preparado. El cloroformo estaba en su equipaje.

Nunca sabremos cómo se las arregló para dejar a Jennifer inconsciente con el cloroformo. Yacía dormida sobre la cama sucia del dormitorio del  hotel mientras Sam la violaba. Es bastante posible que no intentara matarla, pero sus intenciones le importaban muy poco a ella, ya que en algún momento durante la orgía su corazón dejó de latir.

El Dr. Sam Dubria sintió pánico. Intentó permanecer tranquilo y evitar a toda costa ser detenido. Rápidamente volvió a colocarle los pantalones a Jennifer antes de marcar el 911 y gritar por el teléfono “Vengan pronto. MI novia. Creo que está muerta”.
Los paramédicos   llegaron al hotel y encontraron al doctor intentando revivir a la hermosa y joven mujer que estaba sobre la cama. La llevaron rápidamente hacia el hospital donde a su llegada fue declarada muerta. Sam estaba agotado. Aquellos que presenciaron su desesperación sentían pena por el joven que obviamente había luchado desesperadamente para salvar a su compañera y había perdido la batalla.
Nadie sospechó el juego sucio. No había marcas sobre el cuerpo. El primer indicio se produjo cuando un médico que estaba preparando el cuerpo de Jennifer para la autopsia notó que sus pantalones ajustados habían sido puestos al revés. Mencionó el extraño hecho a su superior.

El Dr. Sam regresó a New Jersey, sus colegas se compadecieron de él. Todo el asunto fue una experiencia traumática, pero la vida continua. En pocas semanas era nuevamente el hombre seguro de si mismo.
En california, la Dra. Leone Jariwala, que había llevado a cabo la autopsia, estaba sorprendida. El corazón, el cerebro, los pulmones y otros órganos de Jennifer Klapper estaban perfectamente bien en el momento de producirse la muerte. La Dra. Jariwala no podía creer que una saludable mujer de veinte años pudiera desplomarse y morir en la habitación de un hotel con un médico presente sin causa de muerte visible. Meticulosamente controló y volvió a sometidas y minuciosas y complicadas pruebas toxicológicas.

Pasaron dos meses pero, finalmente, la insistencia de la Dra., Jariwala se vio justificada, Las pruebas indicaron que Jennifer sido asesinada con cloroformo. No importaba si había tomado tato tiempo llegar a la verdad. Las autoridades de California nunca antes se habían encontrado con un caso donde el cloroformo fuera usado como arma mortal.

Los detectives volaron hacia New Jersey donde arrestaron a Sam El médico se sentía tan seguro que rechazó la extradición y acompañó a los policías de regreso a California. Una vez allí inventó una historia bastante ridícula.

Les dijo a los detectives que él y Jenifer habían manejado detrás de unos camiones que transportaban sustancias químicas. Las emanaciones lo habían mareado y sin ninguna duda fueron fatales para  Jennifer. Nadie creyó esto. Cuando se le informó que  había evidencia que la participación de Jennifer en el acto sexual había tenido lugar inmediatamente antes o en el momento de la muerte, él rápidamente respondió que la relación había sido de acuerdo. Conociendo que Jennifer estaba comprometida antes de viajar, nadie creía esto tampoco.

En febrero de 1993, el Dr. Sam fue sometido a juicio por el asesinato de Jennifer. La historia absurda de cómo Jennifer se había puesto en contacto con el cloroformo fue desestimada  por la corte. Los fiscales  probaron que ella había sido drogada con una dosis fatal de cloroformo. El acusado era la única persona junto a ella en aquel momento y era el único que pudo haberlo administrado. Al resumir, el juez a cargo consideró la primera evidencia de que había tenido lugar juego sucio. “No cuesta mucho imaginar. Cuando se sacan los pantalones estos salen al revés, y el acto sexual se lleva a cabo. Cuando se vuelven a poner los pantalones de prisa, se ponen al revés.

El Dr. Sam Dubria fue acusado de asesinar, violar y administrar anestésicos durante la ejecución de un delito. Fue condenado a cadena perpetua, sentencia que está  cumpliendo.


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