miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA VERDAD SALE A LA LUZ DESPUÉS DE LA SENTENCIA JUDICIAL

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ualquier abogado criminalista puede explicarle que nunca se puede saber cuál será la decisión de un jurado, a pesar de todas las evidencias que se puedan presentar. Debemos suponer que en la vasta mayoría de los casos sus decisiones son correctas, pero tenemos pruebas de que algunos jurados han cometido terribles errores, e inclusive mandado a la cárcel  a muchos inocentes, mismos que una vez libres la sociedad nunca los indemniza.




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ste es el caso de Hugo Arce, corría el 21 de mayo de 1932, Hugo se despertó como cualquier otra mañana de su existencia, tenía un poco de flojera para ir a su trabajo y por lo general esto ocurría muy a menudo los días lunes, claro… después de un casi descanso que tenía en su casa, lleno de ajetreos y obligaciones.



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a vida nunca le supo a nada, no era como otras personas a quienes la vida les sabía muy dulce o agradable, ya que podían divertirse, salir a la calle, compartir con la familia cosa que Arce no lo disfrutaba, había hecho dinero como vendedor de repuestos, comenzó siendo muy joven y con un dinero prestado que le sirvió de mucho en su momento, se forjó su vida en ese comienzo que le fue barajando su vida, una vida sin gracia alguna, estaba casado con una mujer insípida y fría que lo había atrapado con un embarazo al cual tuvo que responder, porque no le quedaba de otra, y siempre sometido a sus llamadas constantes, que más que preocupación era un constante control de dónde estás? o qué haces?, o de por qué no traes la cena ,  aun así no entiendo a las personas que pudiendo ser felices optan por ser infelices al lado de una persona que no los quiere, pero… se sacan un segundo hijo para darle mayor masoquismo a su vida y lo peor de todo buscando siempre un motivo para continuar su vida.

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sí que como lo sabrán esta se podría decir no era una vida que se diga, se había comprado una pequeña casita en las afueras de la ciudad,  de buen tamaño en la zona de Colcapirhua, Cochabamba, era una casita dúplex, arriba los dormitorios y abajo las demás dependencias, le encantaba hacer las labores de casa que siempre le encomendaban su esposa e hijos, más que un padre, parecía un títere. Comenzaré separando a todos, el padre Hugo Arce, la madre Cristina Pacheco, el hijo Henry y la hija Milena , los invitados la hermana de la esposa y su hijo, recién llegados del extranjero. 

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a casa era confortable y Hugo la había dividido en dos pisos, como ya antes lo habíamos mencionado, tenían un living de color marfil, algo antiguo por lo grande que era, la parte de arriba era ocupada por los dormitorios de la familia, mientras que la parte baja eran el living, comedor, un baño, etc. Y lo más importante, un TV. Led en el cual se pasaba mirando los diferentes programas de TV cable , y al final terminaba dormido en un sillón.


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l día en cuestión, el sobrino de Hugo, hijo de su cuñada, hermana de su esposa y miembro  de la nada, porque según su madre el muchacho estudiaba, y según otras versiones se dedicaba a consumir drogas, visitaba a su tío. Hugo a quien no le gustaba para nada el muchacho, a regañadientes le pidió al joven pasar allí la noche del 21.

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se día el anciano disfrutó de un viaje a la ciudad de La Paz, con sus dos hijos y su esposa, puesto que debían de sacar su visa para ir a los Estados Unidos como siempre cada año. A su regreso, tomaron el té. Los dos jóvenes hijos de la pareja dejaron la villa a las 7:15 p.m. para ir a un baile.


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ugo Arce se sentó en su asiento favorito, frente al hogar del salón, por lo general solía ver la televisión y siempre terminaba dormido, se solía despertar como a la media noche y recién se marchaba a su cama.


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 la 1:45 a.m. regresaron sus dos hijos del baile. Les sorprendió encontrar completamente cerradas todas las puertas de la casa. Su padre les había asegurado que dejaría entreabierta una puerta para ellos, y que les esperaría, o que si era muy tarde le llamaran para ir a recogerlos, y casi eso siempre era lo más probable.


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ero esta vez, decidieron no molestarlo, habían regresado de un viaje y querían que su padre descansara, al fin y al cabo era una persona mayor, y lo vieron cansado, así que decidieron regresar solos a casa.

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inalmente al no responder nadie a sus llamadas, el hijo menor  Henry  rompió el cristal de la puerta principal y, cuando entró en la casa, vio que su padre yacía en un charco de sangre frente al hogar. Había sido golpeado repetidas veces en la cabeza con un objeto contundente, casi hasta destrozarle la masa encefálica Hugo se encontraba todavía con vida.

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sustado corrió a abrirle la puerta a su hermana, estaba histérico, no podía creer lo que sus ojos veían, trataron de que hablara o dijera algo, pero había perdido demasiada sangre, y estaba muy débil para hacerlo llamaron una ambulancia, pero de nada sirvió, Hugo falleció al día siguiente, había pasado demasiado tiempo, antes de recibir la ayuda médica.

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a autopsia indicó que el anciano había sido golpeado diez veces en la cabeza, con un objeto bastante duro. También había evidencia de intento de estrangulación, puesto que en su cuello había marcas de ello.


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a familia quedo muy consternada, y se preguntaban qué pudo haber sucedido, mil conjeturas divagaba en sus mentes, mil ideas rondaban, y solo les quedaba un camino, esperar que la policía diera los resultados finales.


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e pidió a la policía  que ayudara en el caso. La escena del crimen parecía salida de una novela de ficción. La posición y condición del cuerpo indicaban que Hugo no había luchado, por lo que asumieron que lo tomaron desprevenido, y que había sido sorprendido por su atacante, probablemente por la parte de atrás. La impresión era que, puesto que no se había forzado la entrada de la casa, el asesino tenía que ser alguien conocido de Hugo a quien éste había dejado pasar al salón.

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ero también estaba el sobrino recién llegado y la esposa que supuestamente estaba haciendo turno, puesto que era médico.

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ra posible incluso que Hugo hubiera invitado al asesino. En la mesa de una sala contigua había una botella de cerveza, dos vasos grandes, y uno pequeño con ron. Uno de los vasos de cerveza se había volcado y la cerveza había manchado el mantel. El otro vaso grande contenía aún cerveza. El de ron era de Hugo. Sus hijos dijeron que él pocas veces bebía cerveza; prefería el ron, que siempre bebía en el característico pequeño vaso de la vitrina.

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os detectives pudieron tomar la huella digital dejada por un dedo pulgar en el vaso de cerveza volcado sobre la mesa. Había también varias colillas en el cenicero. Puesto que Hugo pocas veces fumaba, se supuso que los cigarrillos habían sido fumados por el asesino.

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in embargo por las características de los cigarrillos parecían haber sido fumados por dos personas diferentes.


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ay que recordar que el hecho ocurrió en 1932. Los análisis de saliva para identificar el grupo sanguíneo no eran práctica común entonces, y tampoco eran aceptados como evidencia por los tribunales. A pesar de eso, la policía empezó a trabajar con lo poco que tenía de evidencia e hizo que se analizaran las colillas. Fue así que supieron que la persona que fumó los cigarrillos pertenecía a un grupo sanguíneo poco común,  encontrando solo en el tres por ciento de la población, y que la otra pertenecía a Hugo.
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sí que decidieron tomar muestras de sangre a toda la familia, la esposa, hijos, cuñada y sobrino.


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n el piso del salón, los detectives encontraron una tenacilla de las que usan las mujeres para el cabello que no pertenecía a la Hija de Hugo. Encontraron también un cartucho de papel corrugado, tal vez usado para ocultar el arma, que posiblemente fuera martillo. El motivo del asesinato parecía ser el robo. Se sabía que Hugo siempre tenía dinero a mano. En su ropa no se encontró ni un billete, como tampoco tenía su reloj ni sus demás pertenencias. Una caja de seguridad situada en el salón había sido abierta con una llave que Hugo  siempre llevaba consigo. El contenido de la caja de seguridad, en donde se suponía que hubiera cierta cantidad de dinero, faltaba por completo.

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os detectives tomaron las huellas digitales de todos los involucrados. La esposa, los dos hijos, el sobrino, e  incluso la cuñada, y el sobrino, simplemente trataban de dar a como dé lugar con el asesino de tan brutal crimen.

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inguna coincidía con la del vaso de cerveza. Se recorrieron las  lavanderías en un intento por localizar a un cliente que hubiera llevado ropa manchada de sangre a lavar. No se descubrió nada relacionado con el crimen.

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a masiva investigación llevada a cabo en la policía se convirtió en el principal tema de conversación de la comunidad. Todo el mundo discutió el caso, y para todos era una gran sorpresa, puesto que Hugo supuestamente aunque era un ser tajante, pedante, y frio, para las personas era extremadamente extraño todo aquello, puesto que nada solía suceder por ahí. Fue de esa forma que los detectives se enteraron de la existencia de un hombre que no tenía un centavo el día antes del crimen y que disponía de mucho dinero después del asesinato.

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ero, así también se evidencio que el sobrino habría desaparecido, y que había viajado, la interpol dio a conocer los resultados, la huella del vaso correspondía  a  Joel Crespo, pero la del otro vaso era del sobrino de Hugo, lo cual nos llevaba a dos intrusos, así que se pidió que volviera el joven, cosa que lo hizo.

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oel Crespo era un viejo y rudo excombatiente de la guerra del chaco ,que había pasado la mayor parte de su vida completamente solo, Tenía 69 años de edad y vivía en la más abyecta pobreza, en una vieja casa ruinosa e hipotecada. Lucía como un pobre loco, siempre despeinado y sucio y con frecuencia actuaba de manera irracional, hablaba  solo, a veces fumaba y en otras pedía limosna sin decir nada, o gritaba improperios   cuando le provocaban. En otras ocasiones, solía dormir en una plaza muy cerca de la zona, ya que ahí se sentía mucho mejor.

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oel fue interrogado por lo mejor de la policía y se mostró del todo renuente a cooperar. Mientras que el sobrino de nombre Alan se hallaba tranquilo, como si nada hubiera ocurrido, pero al igual que el anciano no dejó que le tomaran la huella dactilar y, desafiante, juró que la última vez que había visto a Hugo su tío era justamente el día 21 de mayo, el anciano por su parte dijo que había sido el día17  cuatro días antes del asesinato.

 En esa ocasión, Hugo le había invitado a pasar y a beber. Joel admitió que le había pedido un préstamo a Hugo, pero que este sólo le dio cinco pesos, que había sacado de su caja de seguridad.

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n todo esto había un vacío, que había hecho Alan aquella tarde que su tío le pidió se quedara, así que formulada la pregunta, el muchacho indico que simplemente había salido a pasear, por lo que no tenía cuartada alguna.

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os detectives de la policía estaban seguros de que Joel Crespo era su hombre. Localizaron la taberna preferida de Joel y se sentaron a beber junto al sospechoso. Sin que Joel se diera cuenta, tomaron algunas colillas dejadas por él y las hicieron analizar. El grupo sanguíneo de Joel coincidía, sin la menor duda, con el poco        común grupo sanguíneo del hombre que había fumado los cigarrillos en el salón de Hugo.

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os detectives registraron la sucia casa de Joel. Encontraron cartuchos del mismo tipo dejado por el asesino en la escena del crimen. Se localizó el lugar en que se hacían esos cartuchos y el fabricante ratificó que eran de la misma fábrica. En realidad, debido a que la máquina usada para el papel era ya obsoleta, pudieron detectar la máquina exacta que los había fabricado.

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udieron probar también, sin lugar a dudas, que el cartucho dejado en la escena del crimen y uno encontrado en la casa de Joel había salido de la misma máquina, en orden consecutivo. Los bordes en forma de sierra de la parte superior de los cartuchos, comparados científicamente, probaron que esto era así.

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ero a la vez, revisaron en el cuarto de Alan y ahí encontraron colillas de marihuana, también habían cartuchos con las mismas características de lo anteriormente expuesto, era como si ambos hubieran cometido el asesinato, pero solo uno seria el culpable.

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a tenacilla encontrada en la mansión de Hugo fue considerada una pista remota, pero resultó ser inapreciable. La tenacilla era de un tipo antiguo y ya no se fabricaba. La policía supo que Hugo había tenido una amante tiempo atrás, era su compañera de trabajo, con ella salió muchas veces, pero supuestamente no lograron consumar su engaño ya que la mujer todo lo que quería era atraparlo, y como dice el dicho, donde hubo fuego cenizas quedan, ella trabaja al frente de su casa en una empresa importadora y podían verse cada día . Su esposa nunca se enteró de ello, y por lo general nunca estaba en casa, su vida era un celular, pero la policía tuvo éxito en localizarla. A ella no le fue difícil identificar la tenacilla como suya.

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ún usaba tenacillas del mismo tipo y gustosamente se las mostró a la policía. Los detectives concluyeron que Joel había dejado la vieja tenacilla y el otro vaso de cerveza para que la Policía creyera que una mujer estaba involucrada en el asesinato. Pero había detalles que no coincidían, una tenacilla de mujer, un vaso de cerveza y cigarrillos, todo era bastante raro.

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in contar que también estaba la evidencia del sobrino de quien también sospechaban.
Cuatro meses después de la tragedia, los investigadores estimaron que contaban con abundante evidencia circunstancial, como para considerar a Joel culpable. Habían decidido dejarlo libre al sobrino por no encontrar evidencia suficiente como para inculparlo en el asesinato.
 Joel no pudo explicar satisfactoriamente la procedencia de  la gran cantidad de dinero que tenía después del asesinato, limitándose a decir a los interrogatorios que había tenido mucha suerte en las apuestas en las carreras de caballos. La huella del pulgar de Joel coincidía con la del vaso de cerveza, pero Joel se defendió diciendo que la había dejado el 17 de mayo, cuando Hugo lo invitó a beber, nadie le creyó, Joel Crespo fue arrestado y juzgado por el  asesinato de Hugo Arce.

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n octubre de 1939, un jurado conformado por jueces ciudadanos concluyó inexplicablemente que Joel Crespo era inocente. El  sonrió y bromeo con los guardias cuando salió del tribunal, pues era un hombre libre.

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oel Crespo vivió 12 años más, hasta marzo de 1951, fecha en que falleció apaciblemente, en su lecho. Al día siguiente, el reportero Julián Calle reveló en el periódico internacional News of the World (Noticias del mundo) algo que él sabía desde hace 12 años. Joel Crespo y el sobrino de Hugo eran culpables del asesinato de Hugo Arce. Todo sucedió como les voy a explicar.

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a noche de la absolución, Joel había tomado algunos tragos en compañía del reportero para celebrar. Entonces le dijo a Julián: “Yo lo hice” y me ayudo su sobrino, el jurado se equivocó, fui yo… Joel incluso brindó por el verdugo con estas palabras: “Por el verdugo que ha sido burlado por su víctima”. Reía mucho, siempre dicen que la justicia Boliviana es de las peores, pero que no pensaba  que fuera tanto.

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oel procedió entonces a relatar todos sus pasos en la Villa, revelando detalles que sólo el asesino podía saber. El sobrino ya tenía conocimiento de lo que su tío guardaba, así que sin saber qué camino tomar decidió contar con los servicios de Joel , aquella noche él había ido a la casa de Hugo según lo planeado a pedir prestado unas monedas, puesto que tenía mucha hambre, y Hugo le había invitado unas copas , se sentía muy solo, le conto que su esposa nunca le entendía, que sus hijos no se preocupaban por él, y que incluso estaba muy enamorado de una morena bonita, que tenía dos hijos, ella siempre se ocupaba por él, pero que no podía tener nada, porque no la amaba, solamente le gustaba tener momentos agradables con ella , al fin y al cabo, a su lado todo era bonito o explosivo dadas las circunstancias.

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n cambio su sobrino movido siempre por las drogas, necesitaba dinero y al no poder conseguir nada del tío avaro, solo le quedo una salida. Aquella noche el sobrino había escuchado tocar la puerta a lo cual acudió a ver quién era, luego le indico a su tío que era Joel y que quería hablar con él, Hugo asintió por tratar de hacer hora, estaba tan solo y todo lo que quería era tener algún pasatiempo mientras esperaba a sus hijos.
 Efectivamente habían bebido cerveza y fumado, pero en una de esas, el sobrino había ido a servir más cerveza, por lo que se quedó detrás del tío, y  envolvió su cabeza con fuerza en una camisa suya, por lo cual Joel aprovechando le dio en la cabeza con un martillo hasta casi destrozarle la cabeza, la frialdad con la cual relato el momento, dejo frio al reportero, pero… ya nada podía hacerse sobre la confesión. Las leyes anti difamatorias impedían que Julián escribiera el relato. Joel había sido juzgado y absuelto.

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o había razón técnica alguna para juzgarlo de nuevo y, habiendo sido absuelto, Joel Crespo no podría ser juzgado de nuevo por el mismo delito. Y el sobrino había  regresado al extranjero.


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